Una cosa que no me gusta nada de EEUU el ver gente de 70 o más años trabajando, por ejemplo, llenándote las bolsas del supermercado o ayudándote a sacarlas al coche. Y no es que no me parezca bien que haya gente que lo haga por mantenerse ocupados, lo que no me gusta es el motivo, que suele ser por imperiosa necesidad de pagar las facturas médicas.
Estas pobres personas, en vez de estar disfrutando de un merecido retiro, estar con sus nietos e hijos, de viaje por el caribe, en sus aficiones o incluso trabajando por gusto, tienen que estar en empleos mal pagados para poder mantener su seguro o pagar sus medicamentos, algo que a su edad, es cada vez más complejo.
Lo malo es que parece que Europa quiere igualarse en esto con EEUU a la vista de los retrasos en las edades de jubilación y las privatizaciones encubiertas que se van haciendo de la sanidad con la "excusa" de que sólo se privatiza la gestión. Que digo yo, si la gestión va mal....por que no la arreglan en vez de privatizarla.
Porque en España es muy fácil cargarse lo público por 2 motivos:
ResponderEliminarLA PICARESCA
que es ambidireccional de los funcionarios que se escaquean y de la gente que abusa de las bajas y las recetas de medicamentos que no necesita. Conozco botiquines de gente mayor en España que parecen reservas por si llega el apocalipsis ZOMBIE.
LA ENVIDIA
En este país cainita que le gusta decir a Don Arturo Perez Reverte, es simple y secillisimo colgar el cartel de REWARD a un colectivo que no lo pase demasiado mal y dejar que le den de palos: hoy los funcionarios, mañana los controladores, luego los jueces etc.
En lugar de pedir mejores condiciones para todos pedimos peores para ellos en lugar de aspirar a subir nos hace disfrutar el bajar peldaños a la gente que asoma su nariz unos centimetros por encima de la nuestra. El linchamiento sale sólo, sin darnos cuenta que cercenando nosotros mismos lo publico nos quedamos un poco más mancos todos de motu propio.
Y luego nos parece bien los sueldos de las Princesas del Pueblo, los futbolistas o los tomateros deluxe.Digno de lobotomia.
Mas razón que un santo Maeglin. Aquí en EEUU, cuando alguien destaca la gente se dice "yo puedo hacerlo igual o mejor" y se lanzan.
ResponderEliminarGracias por comentar ;-)
Bueno, bueno, ¡¡has vuelto a postear!!
ResponderEliminarLo de la gestión pública o privada tiene mucho que ver con la impunidad de los funcionarios. Maeglin tiene razón en muchas de las cosas que dice sobre los funcionarios, y ya se lo comenté en su día en el magnífico post que dedicó al tema en su día, pero hay algo intrínsecamente mal planteado en el sistema que ata de manos a la administración y como encima no pueden acometer reformas serias (ni creo que quieran puesto que TODOS los políticos que no llegan a consejeros delegados de altas empresas se colocan de funcionarios) por el poder del colectivo, pues delegan la "gestión" (es decir, personal, material y medios privados, gasto público), pero la clave está en el personal, que al menos en educación trabaja menos de 30 horas con sueldos superiores a los de 40 horas en la privada.
Yo no pido ni pediré nunca el despido libre para funcionarios, pero sí una jornada laboral real (¿por qué la mayoría de administraciones está cerrada por las tardes?) y un sistema de control de su trabajo.
Lo que comentas de la gente mayor de EEUU trabajando es desde luego triste.
Ups, siento haber tardado tanto en ver tu comentario!
ResponderEliminarTienes toda la razón. Mi petición es simple, lo público debe estar presente en ciertos sectores de la sociedad que no queremos que dependan de dividendos y beneficios (como por ejemplo la educación, la sanidad, las pensiones y la seguridad, tanto civil como militar), que funciona mal....se arregla. Qué es eso de que si algo no funciona lo tiramos y compramos otro (pero privado). Si no funciona se arregla, se ponen controles, se mejoran procesos, se echa a los que no hacen el trabajo y listo.
Estoy totalmente de acuerdo con lo de que el despido libre no es la solución, pero desde luego hay muchas tonalidades antes de llegar al otro extremo de que, de facto, no se les pueda echar.