Todavía no he tenido tiempo de leer todas las, seguro, magníficas entradas que se han dado en todos los blogs que se han apuntado a la semana de la fantasía, espero encontrar un hueco mañana Domingo, antes me toca contar algo que tenga que ver con esa gran amiga que es la fantasía.
Como casi todo el mundo, la fantasía entró en mi vida a través de cuentos, historias de niños, juegos de infancia y, más tarde, evolucionó (y sigue en constante evolución) a través de libros, películas, series, cómics, etc.
Para mi, uno de los pasos mas importantes en esa evolución lo marcó el momento en que, después de unas clases en el instituto, un amigo nos trajo un libro bastante grande que significó mi primer contacto, y el de mi grupo de amigos, con los juegos de rol.
Si un libro, un cómic, una película te permiten ver y vivir una historia de fantasía contada por otra persona (y luego revivirla en tu mente las veces que quieras y soñarla de tanto en tanto) un juego de rol te permite, al igual que el escritor de una historia o el guionista de una película o cómic, contar una historia, vivirla en el momento, crearla y, al mismo tiempo, compartirla con amigos, que la van creando contigo.
El primer juego de rol al que jugué fue uno basado en el universo de Star Wars. Nunca habíamos jugado a nada parecido y la experiencia fue enriquecedora y muy gratificante, rápidamente buscamos ampliar nuestros mundos y pronto entramos en contacto con el juego de rol por antonomasia, Dungeons & Dragons, un mundo y unas reglas que animaron innumerables tardes con aventuras. Tanto siendo jugador como haciendo de director de juego (Dungeon Master), cree mundos, recorrí países, busqué tesoros, galopé sobre dragones, navegué los mares rojos, verdes, azules y negros, luche, vencí, salí derrotado y muerto en multitud de ocasiones, dominé la mágia más blanca y las artes más oscuras de la necromancia y todo ello rodeado de amigos que compartieron horas y horas de tiempo.
Luego he probado otros juegos de rol, La llamada de Cthulhu, El señor de los anillos, RuneQuest, etc, pero ninguno como aquel D&D...al que siempre volvíamos.
Recuerdo que hace tiempo hubo un anuncio de PlayStation que me hizo sonreír por que en cierto modo, cuando juegas al rol llegas a poder decir todo esto y mucho más.
La verdad es que hace tiempo que no juego al rol. Lo echo de menos, tal vez en los días que vienen encuentre un grupo para volver a jugar. De momento me conformo con los recuerdos, con el revivir algunas de aquellas aventuras y el anhelo por vivir nuevas por que, la fantasía no es algo que entienda de edades y por eso cuando algún amigo me dice que ya no tenemos edad para jugar al rol no puedo estar mas en desacuerdo.
Creo que los libros, cómics, etc te abren una puerta a un infinito número de mundos y de fantasías, pero para crearlos y poder compartirlos hay pocas cosas más fáciles y, sin embargo, tan poderosas como una mesa con sillas, unos dados, lápiz, papel, un libro con reglas básicas y un grupo de amigos jugando al rol.
Firmado.
Raistlin Majere, túnica roja, hechicero de nivel 16.
Flenton RedHammer, maestro enano, servidor de Reox.
Nando, Dungeon Master (en excedencia)